¡Soy un condenado!
Condenado a la indiferencia
Condenado a ser grito sordo
En un océano de voces
¡Soy un condenado!
Condenado a la idolatría de lo efímero
Condenado a la no-ideología
Del embudo audiovisual
¡Escuchadme,
Lacayos del Gran Charco
De vómito informativo!
¡Todos estáis condenados!
¡No sois más que ojos y boca
Alimentados de carroña,
Siervos del enchufe,
Discípulos de la pantalla!
Todos somos condenados
Porque éste y mil gritos más
Se confundirán
Con el hedor imperante de la mierda
Y no serán más que eso.
Condenado a la indiferencia
Condenado a ser grito sordo
En un océano de voces
¡Soy un condenado!
Condenado a la idolatría de lo efímero
Condenado a la no-ideología
Del embudo audiovisual
¡Escuchadme,
Lacayos del Gran Charco
De vómito informativo!
¡Todos estáis condenados!
¡No sois más que ojos y boca
Alimentados de carroña,
Siervos del enchufe,
Discípulos de la pantalla!
Todos somos condenados
Porque éste y mil gritos más
Se confundirán
Con el hedor imperante de la mierda
Y no serán más que eso.
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