martes, 7 de octubre de 2008

Réquiem por un gato



Mi gata negra de ojos verdes
Está tumbada en una silla.
Respira quejumbrosamente
Y tiene la lengua fuera:
Su vida se está apagando lentamente.

Me siento a su lado y ella me mira:
Me pregunto si sabe que está a punto de morir.

Seguramente sí.

Me mira como diciendo adiós,
Como si la muerte no nos diferenciara,
Gato y humano, animal y hombre,
Ninguno de los dos puede escapar a la eternidad.

Pero no estoy triste, es una gata vieja.

Ya subió a los árboles.
Ya cazó cucarachas.
Ya peleó con perros.
Ya folló con gatos.
Ya saltó muros.
Ya cruzó carreteras.

Fue una gata ejemplar.

Los gusanos se harán cargo de ella
Y otros gatos nacerán.

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